Putin: neoliberalismo y agenda identitaria se pasaron de la raya

 

MSIa Informa

El presidente ruso Vladimir Putin en sus intervenciones en la prensa occidental ha sido muy directo al exponer sin rodeos los elementos de la actual crisis global. Recordemos, por ejemplo, su célebre artículo en el New York Times del 11 de septiembre de 2013, desaprobando abiertamente el “excepcionalismo” profesado por el “establishment” de los EU. En ese entonces afirmó ser “extremadamente peligroso incentivar a las personas a verse como excepcionales, cualquiera que sea la motivación de esto, recordando que “todos somos diferentes, pero, cuando pedimos la bendición del Señor, no debemos olvidarnos de que Dios nos creó a todos igualmente”.

 

Ahora, en extensa entrevista al Financial Times londinense, Putin apuntó el dedo hacia el otro pilar de la hegemonía disfrutada por la oligarquía transnacional encabezada por el eje anglo-americano, el liberalismo y su expresión económica, la globalización. Para él, el liberalismo, simplemente, se pasó del punto y agotó sus posibilidades históricas, generando un abismo cada vez más profundo entre los intereses de las elites dirigentes y los de la gran mayoría de la población.

 

Publicada el 27 en junio pasado, en vísperas del viaje de Putin a Osaka, Japón, para participar en la cumbre del G-20, la entrevista concedida al editor Lionel Barber, un historiador especialista en asuntos europeos y alemanes y al corresponsal en Moscú, Henry Foy, el tema provocó las esperadas airadas reacciones de los representantes del status quo, las cuales reproducimos en nota aparte

 

  Para Putin, el actual escenario global es más peligroso que el del período de la Guerra Fría.

“(…) Durante la Guerra Fría…había por lo menos algunas reglas a las que todos los participantes de la comunicación internacional más o menos se adherían o intentaban seguir. Ahora parece que no hay reglas. En este sentido, el mundo se volvió más fragmentado y menos previsible, lo cual es más importante y lamentable”.

 

En especial, golpeó fuerte en la globalización financiera:

“¿Alguien ya pensó en quien realmente se benefició o que beneficios se obtuvieron con la globalización, cuyo desarrollo hemos observado y del que participamos en los últimos 25 años, desde los años 90? China hizo uso de la globalización, en particular para sacar a millones de chinos de la pobreza. ¿Lo que aconteció en Estados Unidos es como esto? En los Estados Unidos, las principales empresas norteamericanas –las empresas, sus gerentes, accionistas y socios- hicieron uso de esos beneficios. La clase media difícilmente se benefició de la globalización. El salario líquido en los EU (probablemente, hablaremos más tarde del ingreso real de Rusia, que necesita de la atención especia del gobierno). La clase media en los Estados Unidos, no se benefició de la globalización; quedó fuera cuando el pastel se dividió”.

 

En la parte más citada de la entrevista, Putin arremetió en lo que el propio FT describió como “la ideología occidental dominante desde el fin de la II Guerra Mundial”, además de apuntar el propósito frontal de cualquier Estado nacional soberano efectivamente comprometido con un principio del bien común:

“¿Qué está ocurriendo en Occidente? ¿Cuál es la razón para el fenómeno Trump, como usted lo llama, en los Estados Unidos? ¿Qué está ocurriendo también en Europa? -Las élites dominantes se separan del pueblo. El problema obvio es la diferencia entre los intereses de las élites y los intereses de una mayoría abrumadora del pueblo”. Afirmó.

 

“Claro, debemos tener esto en mente. Una de las cosas que necesitamos hacer en Rusia es nunca olvidar que el propósito del funcionamiento y de la existencia de cualquier gobierno es crear una vida estable, normal, segura y previsible para el pueblo y trabajar en dirección hacia un futuro mejor.

 

Multiculturalismo

En la entrevista, Putin también se refirió a aspectos políticos y culturales. Así afirmó:

“Existe también la idea liberal, que sobrepasó a su propósito original, Nuestros socios occidentales admitirán que algunos elementos de la idea liberal, como el multiculturalismo, ya no son sustentables.

 

“Cuando el problema de la migración llegó al auge, muchas personas admitieron que la política del multiculturalismo no es eficaz y que los intereses de la población central deben ser considerados. Aunque aquellos que tuvieron dificultades por causa de problemas políticos en sus países de origen necesiten de nuestra ayuda también. Esto es óptimo, pero ¿los intereses de su propia población? Me pregunto, en la situación actual cuando el número de migrantes que se dirigen hacia Europa Occidental no es solamente un puñado de personas, sino millares o centenas de millares.

 

“De esta manera, la idea liberal se tornó obsoleta. Entró en conflicto con los intereses de la abrumadora mayoría de la población. O considere los valores tradicionales. No estoy intentando insultar a nadie, porque fuimos condenados por una supuesta homofobia. Verdad es que los rusos absolutamente no tenemos problemas con las personas LGBT. ¡Dios nos libre! Que todos vivan como quieran. Pero alunas cosas parecen excesivas a los ojos de los rusos. Ellos alegan ahora que los niños pueden desempeñar cinco o seis veces papeles de género. Yo no puedo ni decir exactamente cuáles son esos géneros, no tengo noción. Que todos sean felices, no tenemos problemas con eso. Pero no debe permitirse que ese ideario se sobreponga a la cultura, a las tradiciones y los valores familiares tradicionales de millones de personas que componen la población principal”.

 

Comparado a Trump, su ex-consejero Steve Bannon y a otros críticos liberales, él defendió una diversidad de ideas como principio organizador de la sociedad, con reservas:

“(…) Pero los liberales no pueden simplemente dictar cualquier cosa para alguien, como lo han intentado hacer en las últimas décadas. El diktat puede observarse en todos los lugares: tanto en la prensa como en la vida real. Hasta mencionar algunos tópicos es declarado impropio. Y ¿por qué? Por esta razón, no estoy de acuerdo en cerrar, amarrar, clausurar, deshacer todo, prender a todo mundo o dispersar a todo mundo. Claro que no. La idea liberal también no puede ser destruida; tienen el derecho de existir y debe incluso apoyarse en algunas cosas. Pero nade tiene ninguna autorización para presentarse como el factor determinante absoluto. Ese es el punto”.

 

Veneno del laicismo radical 

Instado por Barber, Putin resaltó el papel de la religión en el proceso civilizatorio y volvió a criticar al liberalismo.

 

“La religión debe desempeñar el papel que tenga en cada momento. No puede ser empujada hacia afuera de este espacio cultural. No debemos abusar de nada. Rusia es una nación cristiana ortodoxa y siempre hubo problemas entre el cristianismo ortodoxo y el mundo católico. Exactamente por eso tengo algunas palabras sobre los católicos. ¿Hay ahí algún problema? Sí, hay, pero los problemas no pueden ser exagerados y usados para destruir a la propia Iglesia Católica Romana. No puede admitirse. A veces, tengo la impresión de que esos círculos liberales están comenzando a usar ciertos elementos y problemas de la Iglesia Católica como herramienta para destruir a la propia iglesia. Ahí está lo que me parece incorrecto y peligroso.

 

“¿Será que todos olvidamos de que todos nosotros vivimos en un mundo basado en valores bíblicos? Hasta los ateos y otros viven en este mundo.

“Nosotros no tenemos que pensar sobre eso todos los días, frecuentar la iglesia y orar, para demostrar así que somos devotos cristianos o musulmanes o judíos. Sin embargo, en el fondo, debe haber algunas reglas humanas fundamentales y valores morales. En este sentido, los valores tradicionales son más estables y más importantes para millones de personas que esa idea liberal que en mi opinión, está realmente desapareciendo, dejando de existir”.

 

Cuestionado sobre los líderes mundiales de su admiración, el líder del Kremlin apuntó al Zar Pedro el Grande (1682-1721), quien inició un proceso de modernización de Rusia, y al ex-presidente francés Jacques Chirac (1995-2007), “un verdadero intelectual, verdadero profesor, hombre muy equilibrado y muy interesante”. Chirac, según Putin, “cuando era presidente, tenía su propia opinión sobre cada asunto, sabía cómo defenderla y siempre respetaba las opiniones de sus socios”. No lo dijo, pero Chirac, fue también el último líder de una potencia hegemónica europea en demostrar una disposición de contrariar la agenda hegemónica de los EU, como en el caso de la invasión a Irak, en 2003.

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